LA FERIA DE ALBACETE. EL FUTURO
ALBACETE SEPTIEMBRE DE 2008
REVISTA “FERIA”
Me pide nuestro amigo Andrés López Flores una colaboración para esta espléndida revista, que forma ya parte de la lírica de la Feria de Albacete.
Agradezco la deferencia conmigo, que supongo está basada en alguna parrafada intercambiada sobre la materia, o tal vez como evocación de algún viejo artículo contenido en aquella revista, más periódica que la que nos ocupa, “La Seda”, en la que, por los años de la transición, transitamos juntos.
O tal vez me requiera con referencia a algún artículo que, en otros tiempos con pretensiones de análisis histórico-arquitectónicas, publiqué en las páginas de las antiguas “Crónica” del amigo Demetrio Gutiérrez.
-Creo que sobre la historia y la arquitectura del recinto, hay ya mas que suficiente documentación de sobra conocida. De su significado y trascendencia antropológica existe documentación exhaustiva y los lectores de esta publicación estoy convencido que los conocen.
Mis recuerdos de la infancia o juventud supongo no les interesan a nadie y sospecho que aburrirían, incluso a mí.
Entonces qué escribir de o sobre La Feria.
Me apetece, tal como están las cosas hoy, más, hablar del Futuro de la Feria y de las elucubraciones que sobre ella venimos oyendo en función del tercer centenario en ciernes.
Cómo pensar en el futuro de La Feria de Albacete.
En primer lugar deberíamos distinguir entre la Feria como continente y la Feria como contenido.
Como Arquitecto parece en principio que debería centrarme mas sobre el futuro del continente, el Recinto Ferial, la Sartén y los edificios y áreas que lo complementan, La Cuerda, Los Jardinillos, el Paseo de la Feria, La Fiesta del Árbol y sobre todo la Plaza de Toros, parte intrínseca de lo que es el fenómeno de La Feria de Albacete.
Pero como veremos más adelante no hay continente sin contenido ni viceversa. Arquitectura y uso, forma y función deberían ir siempre de la mano.
El Recinto Ferial de Albacete, La Sartén, es uno de los escasos vestigios arquitectónicos en que una instalación fija de estas características ha manteniendo su uso original a lo largo de más de trescientos años.
Este hecho, unido a los intrínsecos de su pobre ejecución, pero funcional concepción arquitectónica, hacen que, consideremos como únicas actuaciones posibles sobre la edificación existente, exclusivamente, las que tengan como finalidad la recuperación formal de la edificación original.
Siempre desde planteamientos lo más puristas posibles y probablemente incluyendo la recuperación del diseño original del Pincho.
Sabemos perfectamente que el edificio es fruto de diversas fases de crecimiento y adaptación, pero este proceso, desde la óptica de hoy, no debe tener continuidad. Y ello porque su encanto está en ser como es, si ha de crecer, ha de crecer con otras tecnologías y procedimientos constructivos actuales, incompatibles con la edificación que se pretende conservar según todos los criterios.
El resto de planteamientos, a tenor de las tendencias de la moderna restauración y desde nuestro punto de vista están fuera de lugar.
Y si analizamos el edificio en su integridad hay mucho por recuperar y mucho por restaurar.
Es preciso y urgente un Proyecto de Restauración escrupuloso y llevarlo a cabo para el tricentenario nos parece ya tarea imposible, pero tampoco hay que dejarse llevar en exceso por la numerología obsesiva, lo importante es hacer las cosas independientemente de las dichosas conmemoraciones.
Restaurar en arquitectura significa también, en ocasiones, restaurar los usos, y eso conlleva un replanteamiento esencial de los usos que se le han de otorgar a los distintos recintos feriales una vez restaurados. No quiero decir que se tengan que volver a vender mulas o aperos en algunas zonas, pero en cualquier caso sí que hay que adaptar los espacios restaurados a unos usos que resulten compatibles y respetuosos con su arquitectura. Y ahí también hay mucho trabajo por desarrollar y muchas decisiones que tomar, algunas de ellas seguramente impopulares
Una vez recuperada la arquitectura y adaptado el uso a aquellos que sean compatibles con ella, hay que colocar el edificio en su entorno. El aprovechamiento de la zona de la antigua Cuerda, Los Ejidos, es probablemente por la versatilidad que permite la arquitectura desmontable, la mas idóneamente utilizada en la actualidad. Su diseño empero, fruto de un concurso nacional de los años ochenta, probablemente no ejecutado en su totalidad, es manifiestamente mejorable, y también convenía actuar sobre él.
A través de Los Jardinillos y el Paseo aparece el otro foco generador del fenómeno ferial que analizamos, La Plaza de Toros.
Se ha hablado mucho sobre la conveniencia de sustituir la función de la actual Plaza de Toros trasladando dicho uso a un pretendido Pabellón Multiusos. El tal Pabellón se situaría como extremo Oeste de crecimiento de una continuidad lineal que tiene su comienzo en el inicio Este del Paseo de la Feria y que a lo largo de él, atravesando La Sartén y la Carretera de circunvalación, continuaría por la Fiesta del Árbol en la que, con su “depósito-mirador” habilitado con ocasión del tricentenario para mirar “nosequé”, se llegaría a un Sector, aun por desarrollar próximo a la muy futura AB 20, en donde aquel Pabellón se situaría.
Al igual que hablábamos antes de los criterios de conservación de arquitecturas y usos, es obvio qué es lo que opinamos sobre este controvertido asunto.
Si se necesita un Pabellón de Deportes de suficiente capacidad para Albacete, que todos creemos que si, hágase donde interese a la Ciudad, a lo mejor en esta dudosa ubicación complementa la dotación de la estructura ferial pero para el resto del año no resulta la mejor ubicación. Pensemos las cosas con calma y lógica desinteresada, y sobre todo no vaciemos de contenido las infraestructuras feriales actuales, que en contra de lo que digan funcionan, y si algo de ellas no funciona, que se corrija.
No se tiene en pié afirmar que la actual Plaza quedaría para uso de la Escuela Taurina, este tipo de instalaciones no precisa ni espectadores ni el mantenimiento de las caras dotaciones que precisa el actual coso, ni una calidad arquitectónica como la del edificio del que hablamos.
Vaciar de función a una edificación es tanto como condenarla a su destrucción y, eso en el caso que nos ocupa, es un atentado al buen gusto y a la historia de esta ciudad.
La Plaza de Toros de Albacete debe seguir siendo la que es, y esto no es un planteamiento retrógrado, por el contrario, la conservación del Patrimonio es una cuestión de civilización y cultura.
Existen multitud de soluciones que pueden paliar las posibles deficiencias que entrañe la edificación actual y distintas soluciones están en la mente de los que hemos pensado alguna vez en ello, pero no concibo que nadie trate de cambiar la Maestranza de Sevilla o la Plaza de Ronda o Las Ventas por un pabellón multiusos mas “funcional”. Si a algún personaje de estas ciudades se le ocurriera semejante idea, es muy posible que acabara malparado.
Nuestra Plaza puede que no alcance los valores de ninguna de las mencionadas, pero tampoco les andamos tan a la zaga, ni en la calidad del producto edificado, ni en el valor carismático que la Plaza pueda suponer para la población.
Una vez establecidos los principios de continente y contenido que para nosotros han de regir el tratamiento del Patrimonio Ferial, queda por definir el otro factor fundamental.
Cuál es el futuro de todo este complejo fenómeno, que no es sino un gigantesco lugar de encuentros.
Depende de cómo evolucione la capacidad y necesidad de encontrarse de la población, y eso no parece, a tenor de las tendencias detectadas en los comportamientos de la juventud, que vaya a disminuir.
Dar cabida a los distintos modos de encontrarse de las diferentes áreas sociales; agrupaciones, aficionados, vecinos, amigos, devotos, feriantes, provincianos, caballeros, forasteros, alcahuetes, alcahuetas, tribus, etnias, perroflautas, transeúntes… y demás “faunas”, es el reto que nos debemos plantear para diseñar el futuro de nuestra Feria.
Conseguir todo ello sin adulterar nuestro patrimonio arquitectónico ni vaciar éstos de su contenido, debería ser el objetivo prioritario.
Antonio Peiró Amo, Arquitecto
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Albacete, Septiembre de 2011
Este artículo publicado para la Feria de 2008 es previo a la convocatoria de un Concurso por parte del Ayuntamiento de Albacete, abierto entre Arquitectos de toda España.
Al concurso concurrieron numerosos participantes y equipos con unas presentaciones que requirieron unos esfuerzos ímprobos por parte de los concursantes, en imaginación y documentación dignos de ver.
El resultado del concurso es un Proyecto Premiado, (mas una escenografía que una meditada solución a los problemas), y una serie de accésits que dormirán por siempre en algún cajón del Ayuntamiento.
Esperemos que todo el esfuerzo realizado, sirva en algún momento para replantearse que hacer, pero, personalmente soy mas de la opinión de actuar mediante un “Plan de Etapas”, u “Hoja de Ruta”, que con ideas imposibles.
Antonio Peiró Amo, Arquitecto
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