CARTAGENA EN SU NUEVA IMÁGEN
Albacete a Marzo de 2012
CARTAGENA EN SU NUEVA IMAGEN
La ciudad con mas historia de nuestra península, Cartagena, no podía ni debía quedar ajena al proceso de transformación, tan interesante, que se ha venido dando en casi todas las ciudades costeras de nuestro país en estos últimos años.
Se trata de un proceso de apertura, mediante actuaciones urbanísticas y arquitectónicas, hacia su especial condición marítima incardinando ésta condición en la propia esencia de ciudad. Fue Barcelona una de las pioneras y modelo a seguir en este tipo de actuaciones, aprovechando las circunstancias de las olimpiadas del 92, y a ella le han seguido prácticamente todas las ciudades de condición similar.
En el caso de Cartagena, este tipo de actuación urbanística resultaba especialmente complicado por sus especialísimas condiciones de arquitecturas superpuestas, fruto de las innumerables culturas superpuestas, inherentes a esta compleja ciudad.
No conozco en profundidad el proceso, pero si el hecho constatado como visitador, de que han sabido aprovechar el, relativamente reciente descubrimiento de los restos del Teatro Romano bajo numerosas edificaciones en la colina situada frente al puerto, para proceder a su recuperación y, en paralelo, proceder a la reordenación de los espacios anejos al Ayuntamiento y su conexión con la zona del puerto mas próxima.
Dos actuaciones arquitectónicas concretas sirven especialmente al fin descrito y son las que me han llevado especialmente a visitar la ciudad en estos días. Por un lado el Museo Teatro Romano y conjunto de actuaciones para su recuperación, del Arquitecto Rafael Moneo y el Museo de Arqueología Subacuática, del Arquitecto y compañero de estudios Guillermo Vázquez Consuegra.
Ambos Museos, por su arquitectura, implantación y contenido, merecen por sí mismas una detenida visita.
El de Moneo mantiene cierto parentesco en su concepción con la ampliación del Museo del Prado. En ambos, mediante un “edificio-museo” intermedio que recoge las circulaciones verticales, soluciona la enorme diferencia de cotas entre la entrada al espacio expositivo y el punto de término del recorrido museístico; en el caso del Prado entre el nivel de entrada al Museo existente y el Claustro de los Jerónimos, y en este de Cartagena entre la entrada por la plaza del Ayuntamiento a nivel del puerto y el acceso al Teatro a nivel de los vomitorios.
Muy interesantes son tanto los espacios servidores, los museísticos, como el espacio objeto de la actuación, el Teatro Romano, que aquí está concebido como la “última sala” del Museo. Tras un itinerario de galerías expositivas a través de dos edificaciones y bajo la antigua Iglesia de “Santa María la Vieja” se accede espectacularmente al recinto del Teatro Romano al que todavía habrá que situar mejor en ambiente, eliminando edificaciones circundantes que lo desubican.
Por otro lado, en el nuevo Paseo Marítimo tan exitosamente remodelado y recuperado para la ciudad, destaca especialmente el edificio diseñado por Vázquez Consuegra. Magistral el planteamiento de la ubicación de una edificación de esta magnitud en la plataforma de la propia explanada del Paseo Marítimo con tan discreto impacto. Igualmente práctico y ocurrente la habilidad en la disposición del acceso del público al edificio a través de una suave rampa que te sumerge en la cota submarina.
El espacio expositivo dispone de un precioso juego de luz natural a través del edificio-lucernario emergente del sótano, situado frente al mar, en donde también se sitúa la cafetería del complejo.
Destacar la calidad y didáctica exposición del material que contiene, al que, con toda probabilidad, habrá que añadir la colección, recientemente recuperada para España, del tesoro del pecio español de la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”.
Buenas razones estas para disfrutar de buena Arquitectura, tal vez dos museos menos mediáticos que otros, pero de bastante más calidad. Museos perfectamente adaptados al fin para el que están concebidos y no espacios de arquitectura espectacular que igual sirven para Museo que para celebraciones de bodas, bautizos y comuniones.
Museos que, por otro lado, obedecen a causas que los justifican sobradamente en función de su situación e historia. El descubrimiento de un elemento de la calidad e importancia histórica del Teatro Romano requiere la actuación museística e inversión ejecutada porque es rentable cultural y probablemente económicamente. La riquísima historia de la navegación de la zona y la cantidad de material arqueológico e histórico existente, tan rigurosamente descritos por el cartagenero Pérez Reverte en sus novelas y escritos, justifican en mi opinión plenamente la existencia de este Museo de la Arqueología Subacuática y la inversión realizada.
¿Se podría decir lo mismo del Museo Nacional del Circo proyectado para Albacete¿
Del mismo modo que entendemos plenamente la conveniencia de un museo de la Cuchillería o de Arqueología tan directamente vinculados a la historia e identidad de nuestra tierra, hay otras actuaciones en modo de inversiones, que resultan difícilmente justificables por su previsible rentabilidad económica y cultural.
En cualquier caso es buen momento para hacer una visita a esta “Nueva Cartagena”.
Antonio Peiró Amo, Arquitecto
peiroarquitectos.com
TRIBUNA LIBRE 26-04-2012 CARTAGENA 1TRIBUNA LIBRE 27-04-2012 CARTAGENA 2
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